Entre la costa y el horizonte navegan los sueños,
en el justo margen infinito de lo posible.
Mar de cansancio y engaño
la decepción de siempre.
Desborda el despecho de mujeres
que insisten en permanecer triviales.
El mismo diluvio insustancial
que me hastía y me entristece
siempre.
Pero no significa.
Navego entre la costa y el horizonte,
en el justo margen infinito de lo posible.
Voy a tender el ancla en esas cumbres.
La Miseria nunca alcanza al Apogeo.
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