dejar los mares muertos y volver a tender puentes
delegar los amores cansados
desatender a la muerte en su cuna
desoír las sentencias de la mala fortuna
deshacer los dolores en un río de dientes
desconocer tantos miedos y
desvestirme de vidas pasadas
A la “estación claridad" vengo,
llegando.
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