sábado, 25 de marzo de 2017

Para Dante




Somos eternos hijo,
como la lluvia que se precipita en agua.

Aunque sea apenas instante
el camino del río,
manifiesto de cielo
que en el mar se desangra.

Yo voy a estar siempre hijo
en tu pensamiento transparente,
en el viento que traza la curva,
en los abrazos velados.

No hay desarraigo posible,
no hay patíbulo,
relámpago,
desgarro.

Mientras no sea lápida
o ceniza abstracta,
mientras le grite el gallo
a la madrugada helada.

Yo voy a estar siempre hijo
en el umbral permanecido,
esperándote y esperando,
para arrancarte de la nada.