viernes, 29 de junio de 2018

decreto




dejar los mares muertos y volver a tender puentes


delegar los amores cansados


desatender a la muerte en su cuna

desoír las sentencias de la mala fortuna


deshacer los dolores en un río de dientes


desconocer tantos miedos y

desvestirme de vidas pasadas


A la “estación claridad" vengo,
llegando. 





viernes, 15 de junio de 2018

La conciencia




    El día se ahoga en la ciénaga triste.

    Limpia de sus nudillos callosos la sangre oscura de su madre, a la que mata a golpes.
    La piragua encallada con su niña novia cruje en llamas a unos metros. No alcanza el fuego a purificar la traición o la falta de lealtad.
  
    Escapa con los ojos anegados en lágrimas. Los soldados nunca encuentran al desconocido que logra la mímesis correcta entre los fuegos fatuos y los insectos roncos.


    (Jamás volvió a descansar en las temerosas noches, debido no tanto a las condiciones arduas de las costumbres del fugitivo, si no a aquello que los demás hombres señalan como conciencia.)





martes, 5 de junio de 2018

La virtud




Demasiada normalidad, como si lo normal fuera una virtud.

Extraño la tristeza del post sexo y el perfume del alcohol trasnochado.
Mientras siga haciendo lo correcto tal vez muera de aburrimiento, como todos los demás. Es agotador que el dolor se transforme en apatía y en cinismo vacío.

La normalidad llena mis noches de insomnio.
Hace que lo que alguna vez fue sólido se vuelva líquido.

El exceso de realidad me está matando. El esfuerzo hace que los días se desplomen amontonándose.


Y sin embargo todos se ahogan en la misma mierda, pero a mi sólo me llega al cuello.