En mis ojos se tejen los tuyos mi niño eterno.
Pero la puerta siempre está entreabierta
a los relámpagos,
a mirar el mar,
a cualquier serena sentencia.
Puedes acariciarme el pelo en tus sueños,
o exhumar recuerdos y escalar el llanto.
No hagas de tus lágrimas deshechos,
y llévame siempre en tus ojos
tejiendo en el viento.
tejiendo en el viento.
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