Llueve tierna lluvia Puedo olerla en el relincho del caballo, en el farol que escurre dócil entre las ramas. (En el ojo de un pájaro que parpadeando llora escamas de nieve y menta) La lluvia es balcón y puente hacia los sueños de los otros y ese ladrido que exige vigilia, premonición. Conjuro de noches desiertas de una mujer que me espera esculpiendo en la lluvia.
el vago recuerdo de otras vidas los ecos de la sinfonía universal la conciencia del mundo la necesidad de aprender siempre búsqueda la añoranza de algo mejor soledad el llamado del instinto la certeza de pertenecer a una raza que acuna estrellas
sopla el viento fuerte que borra el surco de los pasos perdidos una especie de carrera en la tormenta laberinto que es mi hogar y espejo biblioteca de la que no quiero salir prefiero acodarme en la ventana y junto a Isabel ver llover soy náufrago del mundo exterior escotilla de golfos en los que no entra nadie nunca y ahora que los años corren con creciente rapidez hacia el ocaso no me canso de leerlos con mis ojos de perro triste