domingo, 5 de junio de 2016

Conjuro




Huele a tabaco, a alcohol húmedo, a sueños y tinta verde.

Una guitarra cansada insiste entre cuerdas y párpados pesados, como la vida que me arrastra en esta siesta imprecisa.
La voz ronca es dulce y desafinada, embrujo de cien años de soledad en el mundo del hombre.

Tu mano tenue entre mis manos desiguales. 

Se me antoja quedarnos así en penumbras, cautivos, mientras siga lloviendo.





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