domingo, 13 de noviembre de 2016

Fatum




El sol del atardecer acaricia tu cuerpo y tus ojos.
Sumerge, baña, y envuelve sumiso todos tus sentidos.
El aire es vida en tus pulmones y el mundo es un jardín.

( Una  brisa leve te instala en el instante siguiente. En tu calle, en tu piel. )

Pero ya no eres igual.

Acabas de presenciar un milagro.





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