Las cortinas empujan las flores que terminan en el
rincón.
La mujer se junta a la ventana en sombras.
Mira fuera perdiéndose después de los techos.
Su pensamiento se despeña pasando el horizonte.
– Ya no te amo. – Dice.
El hombre la mira, y parpadea justo cuando asoman
las primeras gotas de lluvia.
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