viernes, 9 de diciembre de 2016

Ángel caído




Sus alas son ahora inmensurables.
Se extienden a lo largo del deseo.
Su fe es férrea porque lo carcome.
Aún así, la mantiene y la sufre.
Eligió saltar a la corriente humana,
la ilusión de lo siempre eterno
ya no lo fatiga ni lo encarcela.

Lo que el ángel no sabe ni intuye,
es que la mujer que lo incitó, sostiene
en su indiferencia, un dolor más vasto
que una eternidad de vida.





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