martes, 14 de noviembre de 2017

La Virtud




El mal nace de la flaqueza, del miedo, de la ignorancia.

Es necesaria una gran debilidad moral para que el mal aflore, siendo ésta, parte fundacional de la miseria humana. 
Sin embargo ha sido el mal, el más grande de los motores de lo que conocemos como evolución.

Todos los mundos coinciden en un espacio único que contiene a un único mundo.
Todos los sentidos son al final de cuentas un único sentido.

Pero hay demasiado ruido, demasiado caos. 

Todo esfuerzo debe llegar al punto en el que se encontraba aquel peregrino desdichado y arrasado de dolor, en absoluta soledad cobijado por montañas.

Con la plena seguridad de que todo puede pasar, de que todo es posible, descubre un estado de plena conciencia; y por vez primera, la ve surgir en su interior.

Libre de todo al fin elige no volver a esperar nada, de nada ni nadie, nunca más...





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