jueves, 14 de mayo de 2015

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La mujer no es fea, aunque no es bonita.

La mujer es alta, tiene el pelo crespo resuelto.
La piel blanca, la nariz aguileña, es fuerte, delicada.

Vive sola hace muchos años en una casa grande con patio y enredadera y plantas y bastante madera.
Con ella viven treinta y siete perros.

Los saca en la noche, tarde.
Van a un barranco que queda cerca de la casa grande, los treinta y siete van sueltos.

Al rato vuelven, siempre juntos.
Se quedan apenas unos minutos en silencio, pensando.

Entonces, la mujer apaga la luz, y todos durmiendo, sueñan…


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