jueves, 14 de mayo de 2015

Otoño




El tiempo se reitera. Es un déjà vu en una cinta de moebius. 
Una mesa con un vaso medio lleno, borra húmeda y un cenicero manchado, de lata. 
Al fondo, las siluetas se van deshaciendo, normales, coherentes. Hace frío. 
Es otoño, en esa hora nocturna donde la luz parece triste, donde el aire huele a regreso. 
La ciudad se convierte al fracaso, a la nostalgia, a la desesperación. 
Es una noche de guardar, de susurros, de mirar lejos por la ventana. 
Esta noche, Buenos Aires es un lamento que se arrastra y se deshace. 

No llega ni siquiera al río…








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