Así piensa la princesa, desde una ventana:
La noche fría, ayuda a la luna a
esparcir luz en los árboles y las
montañas.
Se escucha al
aire y a la tierra vibrar en sintonía, susurrando promesas a los hombres de
corazón cálido.
La princesa no sonríe.
Cansada de guerras perdidas, cansada de
vanidad, se abruma frente a lo inexorable.
No entiende el mundo de los hombres…y ya no
tiene fuerza.
Entiende
demasiado cerca el punto de entrega.
Piensa que ya no importa, que lo usual la
vuelve inmune.
Espera el momento preciso donde la
tristeza, se vuelva costumbre.
Un dragón vuela cerca de la luna y la compadece.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario