La ciudad se
alza fría
te arrastra a un
tráfico de almas invisible.
Se erige lejos y
cruel
manejando sin
sentidos.
Condiciona la
sonrisa y el roce humano.
Se alza
inextricable.
Nos deja sin
ganas de seguir.
Aléjate de las
luminarias.
Acércate a la
luz de las velas trémulas,
que tiemblan
cálidas y simples.
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